La familia te sana
La familia te sana. El día de ayer mi tía y mis pequeños primitos (quienes me llaman tía) llegaron de visita. Preparé arroz con leche y estuve enseñándole inglés a mi hijito (así le digo a mi primito). Cuando llegó el momento de comer el ansiado postre, nos sentamos todos en la sala y mientras conversábamos comíamos el dichoso arroz con leche; y de repente me sentí agradecida . Son de esos momentos en los que miras a tu familia y recuerdas a los que ya no están, recuerdas los almuerzos cuando todos se juntaban y cada momento especial que pasaste con ellos. Y no, mi familia no es el ejemplo de un núcleo lleno de estabilidad y amor, créanme; pero pese a todo, nos tenemos, y así nos sabemos querer. Ahora me doy cuenta que aquellos recuerdos que yo guardo, no son en los que recibía un regalo o algo material, son esos que replican el momento en que llegaba del jardín de infantes y mi mami (mi abuelita por parte de madre) me sentaba en la mesa (sí, encima de la mesa, jajaja) y me daba cu
